Mientras el mundo celebra el Día de la Tierra con llamados a la acción por el clima, las políticas regresivas del gobierno estadounidense generan preocupación global y amenazan con frenar los avances hacia un planeta sostenible
Este martes 22 de abril, más de 190 países conmemoran el Día de la Tierra, una jornada histórica dedicada a reflexionar sobre los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta y a reforzar el compromiso con su protección. Sin embargo, en 2025 la efeméride llega marcada por tensiones políticas: la postura del gobierno estadounidense, alineada con intereses de combustibles fósiles, pone en jaque los esfuerzos por combatir el cambio climático.
Una celebración con sabor amargo
Desde su creación en 1970 como respuesta al deterioro ambiental en Estados Unidos, el Día de la Tierra ha sido sinónimo de movilización, conciencia y esperanza. Pero hoy, el panorama es más complejo: a la emergencia climática se le suma el retroceso en políticas ambientales clave, especialmente en EE.UU., donde la actual administración ha desmantelado medidas fundamentales de protección ecológica.
Grupos ambientalistas y ciudadanos han salido nuevamente a las calles en ciudades como Nueva York y Milwaukee para denunciar lo que consideran una “guerra contra el planeta” liderada por la Casa Blanca. Marchas, protestas y eventos comunitarios han exigido no solo el respeto por la naturaleza, sino también la defensa de los derechos humanos y democráticos, estrechamente ligados al bienestar ambiental.
Trump: ¿una verdadera amenaza para la Tierra?
Este 2025, en coherencia con su primer mandato, Donald Trump ha reactivado su agenda que busca desligar a Estados Unidos del Acuerdo de París, debilitando normativas clave sobre aire limpio, protección de parques naturales y regulación de industrias contaminantes. Inclusive, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha reducido drásticamente los controles a plantas petroquímicas, minería y combustibles fósiles, generando alarma entre científicos y activistas.
Además, según revelaciones de The Guardian, se estarían gestando medidas para retirar beneficios fiscales a organizaciones climáticas, lo que podría afectar gravemente a las bases comunitarias que impulsan la educación y acción ambiental a nivel local.
“La lucha contra el autoritarismo y el colapso climático son inseparables”, expresó Renata Pumarol, del Climate Organizing Hub. “No se puede proteger el planeta si se debilitan los espacios democráticos y se silencia a quienes defienden la justicia ambiental”.
Educación y participación: claves para fortalecer la conciencia ambiental
En este contexto de retroceso político, la educación ambiental cobra aún más relevancia.
Naciones Unidas (ONU) insiste en la necesidad de fortalecer la alfabetización climática como herramienta para empoderar a las sociedades frente a la desinformación y promover decisiones conscientes. Iniciativas escolares, universitarias y comunitarias pueden marcar la diferencia al incluir temas como sostenibilidad, energía renovable y economía circular en sus programas.
Estas son las bases para formar ciudadanos activos y críticos, capaces de exigir políticas coherentes con la defensa de la vida en el planeta.
¿Cómo puedes contribuir al cuidado de la Tierra?
Frente a la inacción política, las acciones individuales y comunitarias adquieren un peso simbólico y real. Algunas formas de sumarse al cuidado del planeta son:
- Reducir el consumo y evitar el desperdicio.
- Priorizar productos locales y sostenibles.
- Usar transporte público o bicicleta.
- Ahorrar agua y energía.
- Participar en jornadas de limpieza o reforestación.
Nuestro planeta, nuestra responsabilidad
El Día de la Tierra no debe seguir siendo una fecha simbólica: es un grito de urgencia que atraviesa generaciones, fronteras e ideologías.
A pesar del contexto adverso, millones de personas siguen defendiendo un futuro sostenible, con más justicia climática, equidad social y compromiso político.
Porque, como recuerda la ONU: “la armonía con la naturaleza no es una opción, es una necesidad para las generaciones presentes y futuras”.
* Con información de: La Vanguardia, econews.global, The Guardian y ámbito.com
