Como un baldado de agua fría fue recibida en Antioquia la decisión del Gobierno Nacional de no prorrogar por más tiempo la Delegación Minera que desde 2001 estaba en cabeza de la Gobernación del departamento y que le permitía ejercer actividades que tenían que ver con el desarrollo de la minería en la región, así como con su fiscalización, seguimiento y control.
Uno de los primeros en pronunciarse fue el actual gobernador Aníbal Gaviria quien en su cuenta de X señaló, “Rechazamos esta decisión y su motivación, que vuelve a poner de presente el centralismo imperante en nuestros días.” Por su parte el gobernador electo, Andrés Julián Rendón indicó, “»¡Se veía venir! El Gobierno Nacional nos niega la renovación de la delegación minera que Antioquia tenía desde hace 22 años. Un acto que desconoce la autonomía de las regiones. Un centralismo que asfixia, fastidia y divide. El liderazgo es para echarse las causas difíciles al hombro, las fáciles se tramitan solas”.
Expertos en la materia explicaron que, además de que el departamento pierde autonomía en el manejo de su desarrollo minero, todos los pequeños empresarios interesados en proyectos deberán viajar a Bogotá para poder hacer los trámites correspondientes, lo que podría incrementar la informalidad que hay en Antioquia.
Gracias a la delegación minera las exportaciones de oro y otros minerales desde Antioquia crecieron un 40% y pesan un 38% sobre las ventas totales que hace el sector a otros países, sin contabilizar el petróleo.
Con la decisión la Agencia Nacional de Minería (ANM) retomará el control y fiscalización de proyectos como el de Quebradona en Jericó, Buriticá (ZIJIN Continental Gold), El Bagre (Mineros Aluviales) y de San Roque (Gramalote).
La determinación de dejar a Antioquia sin su Delegación Minera se sustenta según la ANM en la imposibilidad de prorrogar de manera indefinida esa función, así como a la necesidad de reenfocar la minería de acuerdo con la visión que tiene del sector el Gobierno Nacional.
