La organización canadiense ha capacitado a más de 30 mil jóvenes y mujeres del campo para crecer económicamente
La organización canadiense Desarrollo Internacional Desjardins (DID) presentó en Medellín los resultados de su gestión para promover la inclusión financiera en Colombia a través de una educación pertinente y a la medida para jóvenes y mujeres rurales de todo el país, con la que ha ido generando en ellos una visión de la vida que les abre oportunidades para desarrollarse económicamente y progresar.
Desde su creación en 1970, DID trabaja para proveer acceso a servicios financieros seguros que se ajusten a las necesidades de poblaciones de países en desarrollo. Hoy está presente en 82 países y en Colombia trabaja desde 2012, con la certeza de que la educación financiera es determinante para contrarrestar la pobreza y dinamizar la economía de comunidades vulnerables. [Más sobre DID aquí]
Así, en el encuentro de Medellín, DID dio a conocer los logros y avances que ha tenido con la ejecución del Proyecto de Empoderamiento para mujeres y jóvenes rurales (PROFEM), iniciativa con la que en estos años han transformado los hábitos de más de 30 mil mujeres y jóvenes que hoy han tendido puentes con instituciones financieras y, consecuentemente, cuentan con mayores oportunidades de crecer económicamente, ser financieramente independientes y tomar mejores decisiones para su vida.
«Los resultados de nuestro programa demuestran una clara mejora en los conocimientos y hábitos financieros de nuestros participantes. Desde su implementación, PROFEM ha logrado certificar alrededor de 16 mil personas, con un 75% de participantes mujeres. Esto se ha logrado mediante la colaboración con diversas entidades aliadas, como la Fundación Bancolombia, la Compañía Nacional de Chocolates y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural”, comenta Catalina Jiménez, directora de la Oficina Regional de DID para América Latina.
Durante el evento de socialización de resultados se enfatizó que el PROFEM, además de beneficiar a jóvenes y mujeres rurales que emprenden, representa una oportunidad para las grandes empresas que colaboran con ellos, pues la mejora en los hábitos financieros de estas personas puede generar unidades de negocio más productivas con productos de mejor calidad.
El proceso de inclusión financiera y sus beneficios
En todo el proceso, explicaron, ha sido clave la flexibilidad para ajustarse a los perfiles de la población beneficiada, se diseñaron metodologías personalizadas llevando los capacitadores al sitio donde habitaban las mujeres y los jóvenes, se adaptaron los contenidos pedagógicos al producto o línea de negocio, y se facilitó alternancia entre la formación presencial y la virtual.
Para Dina Luz Lozano, emprendedora y productora de cacao que estuvo presente en Medellín, su proceso con el PROFEM ha sido sumamente enriquecedor: “Saber administrar el dinero es muy importante para mí. Me gustaría seguir aprendiendo y emprendiendo de la mano de la Compañía Nacional de Chocolates. ¡Esta formación, la feria financiera al final, nos encantó! Fue una experiencia fácil y entretenida para haber sido un taller educativo”, afirmó.
En el evento se explicó que más del 50% de las personas fueron certificadas por haber terminado el curso y que casi el 100% fue puesto en contacto con instituciones financieras para que accedieran a un crédito productivo, lo que permitió que se concretaran más de 16 mil créditos con un monto promedio de 11.5 millones de pesos, movilizando un total de 120 mil millones de pesos. «El 82% de las personas beneficiarias fueron mujeres, un grupo históricamente subrepresentado en el acceso a financiamiento», resaltó Felipe Rangel, Director del Proyecto PROFEM DID.
También, para fortalecer el proceso del PROFEM, se implementó un mecanismo Inclusivo de Garantías, que logró que siete instituciones financieras se asociaran para garantizar 3.787 créditos, de los cuales el 81.4% corresponde a nuevos clientes. Esto ha permitido a más mujeres y jóvenes acceder a financiamiento que antes no les era posible obtener.
Hechos que justifican la acción de DID en Colombia
Según la CAF, el índice de educación financiera de Colombia se sitúa en 12.5 puntos sobre un máximo de 21,52% de las personas que no usa ninguna herramienta financiera para planificar y controlar sus gastos. Y según Banca de las Oportunidades, 58% de los adultos colombianos se consideran “NINIs” financieros, es decir, ni ahorran ni invierten.
La educación financiera es una necesidad para cualquier persona
Mientras que una persona que cuenta con un mínimo entendimiento financiero, un trabajo formal, un ahorro, o con cierta estabilidad económica, puede acceder a financiación para invertir y crecer económicamente, las personas vulnerables y sin conocimientos financieros deben lidiar con flujos irregulares de dinero, además de emergencias, sin la opción de financiación formal. Sin acceso a préstamos formales terminan apelando a fuentes informales para solventar su situación, incurriendo en altos costos y riesgos asociados a la informalidad.