“No hay ni palabras. Eso fue un momentico, fue en segundos; uno verse con esa agua y perder todo… Eso fue muy duro”, cuenta Ana Polo, una de las afectadas por la ruptura del tubo madre el 10 de noviembre pasado, en el sector El Sinaí del barrio Santa Cruz, en la Comuna nororiental de Medellín.
En medio de todo el caos y la incertidumbre que vivieron las familias, EPM ha estado ahí desde el primer momento para, paulatinamente, devolverle a la comunidad la tranquilidad y la normalidad de sus vidas.
Tanto el equipo técnico, como el social, unieron esfuerzos para atender las necesidades de las familias afectadas. “EPM ha estado con nosotros; desde el primer momento que pasó todo, nos han estado acompañando. Por ese lado, ellos nunca nos han dejado desamparados para nada. Nos han ayudado económicamente, psicológicamente, todo” afirma Ana con gratitud.
Todos los problemas técnicos han sido solucionados: la tubería dañada ya se encuentra al ciento por ciento reparada y en funcionamiento. Se restablecieron por completo los servicios de agua, energía y gas para la comunidad y los barrios conectados al circuito. Además, todas las vías afectadas ya se repavimentaron.
Por otro lado, el trabajo social no ha parado. Se han proporcionado 253 entregas de ayuda humanitaria y han sido entregadas 12.328 unidades de alimentos procesados y 508 mercados. Para las familias que no pueden habitar sus hogares, se hospedaron a 19 en hoteles, 10 en autoalbergues y se habilitó la ayuda de arriendo temporal. Y gracias a los censos realizados a la comunidad, se tienen rastreadas las necesidades de cada una de las familias.
Carlos Restrepo, coordinador del Centro de Empleo y Emprendimiento de la comuna 2, Santa Cruz, es testigo de todo el trabajo que ha realizado EPM, pues, desde el Centro han estado muy activos para ayudar a la entidad en el trabajo con la comunidad.
“Todo el acompañamiento ha sido mucho más que excelente. Yo creo que EPM ha estado desde el primer momento atendiendo todas las necesidades de la comunidad, de todas las maneras. Todo se les ha resuelto con el propósito de que ellos se encuentren bien; de que, digamos, no se preocupen por nada, mientras EPM va resolviendo y atendiendo en sí los elementos que causaron todo el desastre”, asegura Carlos.
El apoyo ha sido para todos. Josselin Osorio, habitante toda su vida del Sinaí y persona en situación de discapacidad auditiva, menciona: “Nos prestaron servicio de intérprete, contando toda la situación para que hubiera buena comunicación; esa ayuda fue muy buena. En el caso de EPM ayudando a la población LGTBI; la Alcaldía, el gobierno, las personas de aseo, nos ayudaron mucho; con mercados, almohadas, cobijas, cosas de cocina, platos, ropa. Muchas gracias, porque la atención fue muy buena, yo me sentí muy contenta.”
Hoy, poco a poco, el Sinaí avanza hacia la recuperación. Aunque todavía las secuelas del desastre están presentes, las visitas constantes, los apoyos y la atención personalizada hacen que las familias se sientan escuchadas y acompañadas en cada etapa de este proceso.
“Han venido a hacernos muchas visitas, a tomar muchas fotos, a mirar todo lo que está mal, lo que se ha dañado. Ya ayer, me llevaron a sacar la tarjeta del banco y recibí un mensaje para que mandara qué necesito de las cosas afectadas de acá”, relata Luz Estela Narváez, habitante del sector desde hace 67 años.
Aunque se ha recorrido un largo camino, aún queda trabajo por hacer para restablecer las condiciones de vida de la comunidad del Sinaí. De esta forma, EPM reafirma su compromiso de trabajar intensamente para que todas las familias damnificadas cuenten con la tranquilidad de que sus vidas retomarán la normalidad de días pasados.