La versión 36 de Colombiatex de las Américas concluyó con unos resultados que, según Sebastián Díez, presidente ejecutivo de Inexmoda, son una inyección de dinamismo muy importante para que el sector arranque con nuevas perspectivas luego de “un año de desaleración, que ha sido difícil para los textileros, para los insumeros; esta feria llega como una bocanada de aire fresco para las compañías”, comentó el directivo, que añadió que se espera que en 2024 se estabilice la cadena productiva para la industria de la moda nacional, lo que permitirá un incremento moderado, de 2,8%, en el mercado y una mejor dinámica en la venta de textiles e insumos, en comparación con 2023.
593 expositores de más de 20 países -9% más que en la versión 2023-, 17 mil compradores -87% nacionales y 13% de países como Ecuador, Venezuela, Perú, Estados Unidos y México-, 27 mil asistentes, 11 millones de dólares en expectativas de negocios para los expositores colombianos, según proyecciones Procolombia, son los resultados más llamativos de un evento que sigue comprometido con posicionar a Colombia como hub de moda sostenible, al apostar por la circularidad de la industria y el desarrollo de las comunidades, fomentando equidad, diversidad e inclusión, con acciones como la ‘Ruta de la Sostenibilidad’ y la ‘Biblioteca de Materiales’, que en esta versión dieron a conocer más de 27 empresas con procesos circulares y más de 20 productos innovadores que fomentan la moda consciente y el cuidado del planeta.
Otra buena nueva que se conoció al cierre del evento fue que CO2CERO, organización líder en acciones contra el cambio climático, otorgó a Colombiatex de las Américas el sello categoría oro por por sus buenas prácticas sostenibles y por fomentar la circularidad en la industria de la moda.
Por último, acerca de los beneficios de esta versión de Colombiatex para Medellín, se destaca una ocupación hotelera cercana al 92% y, de acuerdo a María Fernanda Galeano, secretaria de Desarrollo Económico de la ciudad, una derrama económica de unos 8,5 millones de dólares que, además de los hoteles, impacta a otros actores de la cadena del turismo local, como agencias de viaje, transporte público, comercio y restaurantes.
